Después de la primera aplicación, en presencia de condiciones ambientales particularmente agresivas, es aconsejable repetir el tratamiento cada año para mantener la máxima efectividad. 

En condiciones más normales, sin embargo, bastará con una renovación cada dos años, intercalada con el uso de un producto específico que reactive las propiedades protectoras y prolongue sus beneficios en el tiempo. De esta manera, la superficie se mantendrá protegida, brillante y fácil de mantener, temporada tras temporada.