El pulido, aunque eficaz a corto plazo, tiene un efecto secundario: elimina pequeñas cantidades de material de la superficie, haciéndola cada vez más vulnerable a los agentes atmosféricos.  

¿El resultado? Intervalos cada vez más cortos entre un pulido y otro y una superficie que se debilita con el tiempo. Nuestros productos resuelven este problema desde la raíz: protegen sin afectar al material, preservando la superficie y manteniéndola brillante y resistente durante más tiempo.