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Además, el área le permite realizar un seguimiento del estado de sus pedidos y participar en nuestro programa de fidelización dedicado a los instaladores certificados, con beneficios exclusivos y actualizaciones constantes.
La aplicación de nuestros productos se realiza principalmente mediante aerógrafo por pulverización a baja presión (0,8 bar), para garantizar una distribución uniforme y precisa.
Para superficies pequeñas o para algunos productos con una consistencia cremosa, utilizamos una esponja de microfibra especial, diseñada para garantizar una aplicación perfecta y sin residuos. En ambos casos, el resultado es una protección homogénea, duradera y fácil de mantener.
La durabilidad de nuestros productos depende de varios factores: el tipo de tratamiento aplicado, el entorno en el que se encuentra la embarcación y la atención prestada al cuidado de la superficie por parte de las tripulaciones.
Sin embargo, basándonos en las pruebas realizadas y en las experiencias reales recogidas directamente en los barcos tratados, podemos decirlo con confianza: después de una temporada completa de navegación, las superficies seguían perfectamente protegidas, manteniendo el brillo, la resistencia y la facilidad de limpieza.
Después de la primera aplicación, en presencia de condiciones ambientales particularmente agresivas, es aconsejable repetir el tratamiento cada año para mantener la máxima efectividad.
En condiciones más normales, sin embargo, bastará con una renovación cada dos años, intercalada con el uso de un producto específico que reactive las propiedades protectoras y prolongue sus beneficios en el tiempo. De esta manera, la superficie se mantendrá protegida, brillante y fácil de mantener, temporada tras temporada.
El pulido, aunque eficaz a corto plazo, tiene un efecto secundario: elimina pequeñas cantidades de material de la superficie, haciéndola cada vez más vulnerable a los agentes atmosféricos.
¿El resultado? Intervalos cada vez más cortos entre un pulido y otro y una superficie que se debilita con el tiempo. Nuestros productos resuelven este problema desde la raíz: protegen sin afectar al material, preservando la superficie y manteniéndola brillante y resistente durante más tiempo.
Hablamos de una protección completa contra los agentes atmosféricos más agresivos: corrosión, oxidación, sal y rayos UV. Todos estos factores, con el paso del tiempo, dañan las superficies y aceleran su envejecimiento.
Con nuestros productos, este proceso se ralentiza drásticamente. ¿El resultado?
Menos mantenimiento, menos pérdida de tiempo y recursos, y superficies que conservan su apariencia y funcionalidad durante más tiempo. En pocas palabras: más tiempo para navegar, menos tiempo para dedicar al mantenimiento.
No se trata solo de protección: después de la aplicación, la superficie cambia su comportamiento. Ya no permite que la suciedad y los agentes oxidantes se infiltren en la microporosidad del material.
Esto significa que puede enjuagar fácilmente las superficies sin tener que recurrir a detergentes agresivos, que a la larga arruinan el brillo y el color. En otras palabras, menos fatiga, menos productos químicos y un barco que se mantiene más hermoso durante más tiempo.
Aproximadamente después de una hora desde la aplicación, se produce el endurecimiento de la superficie: a partir de ese momento, la superficie puede entrar en contacto con el agua de manera segura. El curado completo, es decir, el proceso que hace que el recubrimiento sea totalmente estable y resistente, se lleva a cabo durante 10-15 días, dependiendo de la temperatura exterior y de la temperatura superficial.
La principal diferencia está en la composición. Hoy en día, ningún otro producto en el mercado puede presumir del uso de materiales como el grafeno y los nanodiamantes para la protección de superficies. La mayoría de las soluciones existentes se basan en la cerámica: rígida, frágil y poco adecuada para soportar las continuas tensiones de una embarcación y la agresividad del medio marino.
Hemos optado por ir más allá. Hemos creado algo único, utilizando materiales avanzados que no solo protegen, sino que se adaptan, resisten y duran.
No es algo nuevo: existe desde hace más de 30 años en todos los sectores, desde la medicina hasta la construcción, desde la aeroespacial hasta la química industrial.
En resumen, es una rama de la ciencia que estudia, controla y utiliza materiales a escala nanométrica, es decir, del orden de una milmillonésima parte de un metro.
Al entrar en este mundo invisible, se abre la posibilidad de crear soluciones extraordinariamente efectivas. Eso es exactamente lo que hicimos: fuimos los primeros en el mundo en utilizar nanotubos de carbono y nanodiamantes sintéticos para reducir la porosidad de las superficies, protegiéndolas de los contaminantes y mejorando su resistencia al estrés mecánico.